Huir del equilibrio
Me pregunto a cada momento qué quiero o qué necesito. Siempre lo sé y no siempre es bueno para mí, no me importa, debo buscar, da igual si me duele, me alegra, complace, araña, desangra o me llena, porque no puedo ocultarme. A veces quiero que pase el tiempo y no ver una imagen de mí, huir de los espejos, evitar preparar mis caras y expresiones y usarlas según la ocasión. Ojalá pudiese desprenderme de todo eso y observar lo natural, el mar vivo, embrutecido y en calma, y tu cuerpo, sin espinas y directo, tu curva y el beso con la boca abierta, tus poros dando luz. Y responderme qué quiero y necesito. Y huir del equilibrio.