Un Sueño Difuminado
Te sentaste a mi vera. Yo en la toalla, tú en la arena porque querías mantenerte en contacto directo con no sé qué (cosas tuyas, de tu mente y tu cuerpo, ahí no entro). Yo, tumbado, te ofrecía mi perfil izquierdo, el mejor. Tú en cambio jugabas a ocultarte entre la mochila que usábamos de almohada. Hacías nudos con tu pelo, pretendiendo parecer más loca de lo que estás (hay que estar colgá). Más tarde jugábamos al auto-interés, sí, el juego en el que comenzamos hablándonos el uno al otro sobre cosas estúpidas aleatoriamente y forzando los ojos en la cara del otro con interés desmedido. El juego desembocó en un intercambio de miradas blandas, se deshacían nuestros ojos, en ese momento para que la cosa no fuese a mayores comenzaste a hablar, muy rápidamente, diciendo cosas aleatorias, entre medias yo decía frases como "Si te muerdo el cuello tú no te metas". Hasta que me propusiste echar una carrera y te dije que si para que te callaras la boca. Me quedé alucinado cuando co...