Cuando se me van los dedos
Cuando se me van los dedos no te toco con ellos. Es
un proceso más placentero y profundo.
Junto letras que te envío, entre ellas dicen algo,
crean sentimientos, sensaciones inexplicables para ti. Y es esa
in-explicabilidad la que te conmueve, zarandea y calambrea el cuerpo.
Se irrita tu dulzor y me quieres, y te vuelves loca
buscando la sal, tu impotencia llega porque tu salabilidad se ha escapado, se
ha ido… en el mismo momento en el que a mí se me van los dedos.
Sigue cultivando poeta
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar