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Ahora

Existe ahora, en este mismo momento. En cambio, tiene esos ojos que parecen  pertenecer a otra época. Historia de la naturaleza más viva y real. Esos ojos que despiertan mi parte natural, mis instintos, y que me despojan de todo artificio. Esos ojos de rasgos indígenas. 

Ahí

No sé dónde puede estar, a veces se me va. Y yo detrás. Me quedo solo y desconectado. Se me cierra la boca, se desactivan todas mis muecas. Únicamente noto parpadeos leves. Camino, pero no lo sé. Deben ser pisadas sobre nada. La saliva se mueve sola dentro de mí. No creo que mis órganos me necesiten. Se para mi tiempo. Aunque el tiempo sigue. Puedo poner música. Sacudo un poco de agua en mi cara. Ahí estoy. Ahí está el espejo. Aquí estoy otra vez. En la vida.

Los mis ojos negros

Los mis ojos negros no hace referencia al color de mis ojos. Remite a un estado abstracto que repercute en la parte física de mis ojos, concretamente en una cuestión de forma más que de color, es un desprendimiento de mí ser, totalmente invisible, de alguna forma indemostrable se conecta con el resto de seres… Es un proceso terriblemente lento que se va fraguando sin que apenas me dé cuenta, mis ojos se endurecen y se tensan e inevitablemente se produce el cambio físico, la prueba definitoria de ese ennegrecimiento y oscurecimiento de mis ojos es que nadie me mira… comienzo un proceso regenerador, doloroso y placentero que consiste en llenarme los ojos de nuevo.

Cuando se me van los dedos

Cuando se me van los dedos no te toco con ellos. Es un proceso más placentero y profundo. Junto letras que te envío, entre ellas dicen algo, crean sentimientos, sensaciones inexplicables para ti. Y es esa in-explicabilidad la que te conmueve, zarandea y calambrea el cuerpo. Se irrita tu dulzor y me quieres, y te vuelves loca buscando la sal, tu impotencia llega porque tu salabilidad se ha escapado, se ha ido… en el mismo momento en el que a mí se me van los dedos.

De fondo

Créeme que lo hago por un absoluto convencimiento irracional, y soy consciente de que no puedo transmitirlo al exterior, puede que esa sea la causa del continuo fracaso de ese empeño mío. Aunque para ti, en ningún momento es desagradable, porque la intención de la que hablo está oculta, yo te acaricio, tú te relajas y (de fondo) espero el encaje de los poros de nuestra piel.

Soy de ser

Yo soy de las tardes de derrame, de cuerpos muy enteros, de gestos desechos, de bocas líquidas vulnerables, de uñas reglamentariamente dañinas. Soy de las tardes en las que nos cedemos los huesos, de ojos en todo el cuerpo, de intenciones ejecutadas, soy de los desnudos visuales, de tus desnudos manuales, de sonrisas multidireccionales en la cama, soy del molde de tu oreja en la almohada, soy de manos blandas que encajan, soy de fusión de sudores en los puntos más altos de los jadeos. Soy de lengua donde sea, soy de verte desenfocada en mi mente, soy de pensarte con mi pecho, soy de mirarte cuando miras otras cosas. Soy de beberte.

Septiembre

Todo confluirá, no volverá a confluir si no que confluirá en un presente inmediato. No será una regresión, volveremos desde la realidad des-conexa que nos desconectó, pisaremos lo mismo, nos auto-pisaremos con las miradas que no hemos perdido y que hemos estado alimentando, rellenando, Mi mirada se mira cuando te busco dentro y se ablanda cuando quiero pensarte hacia fuera,  Estiro mis manos y sales por cada uno de mis dedos. Te beso, te beso mucho, en todas las direcciones en las que creo que estás, Y te pido perdón, por irme, por irnos, por no haber estado, estando. Porque hemos estado, tú en tus cosas y yo en un absorbimiento al que llamo, y no temas, "un amago de muerte".