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Mostrando entradas de febrero, 2013

Tres Días

1 Hay algo que se mueve... dentro y fuera el pensamiento lo acelera la distracción lo disuelve, Hay algo que cuando me tocas se estira, contrae y mueve a su antojo, no hay pruebas físicas, pero penetra en mi la dulzura de tus ojos Hay un gesto que me derrite, absorbe, y que  positivamente me descontrola. Cuando me acercas tu boca. 2 Sobran las teorías, las explicaciones no tienen cabida, las palabras no tienen peso,  las comparaciones con otras historias no son posibles, no hay pasos a seguir, ni manuales. Todo era natural. Yo estuve allí. 3 Vista desde arriba era como la dulzura puesta en bandeja. Desde abajo era como una emperadora capaz de conquistar  lo que aún no existe. De un lado era una curva en la que mis dedos se  perdían en sus múltiples juegos posibles; deslizamiento, el piano, las garras inofensivas... Dentro de ella era el placer en que el juego se descontrolaba, garras al azar, besos con la boca abierta, y sobreto

Una Visita Rutinaria

El médico parecía muy amable y a los tres minutos de encontrarme allí sentado me preguntó lo que me ocurría. He de decir que yo deseaba oír esa pregunta. A partir de ahí me lancé. "No tengo fuerzas, tengo una adicción, un deseo, llevo varios días viéndola, estoy intranquilo si le falto un día, no quiero estar en otro sitio, no sé como se llama, no sé si me intimida o me hago el intimidado. Usted tendría que verla, camiseta corta, pantalón cortita y el pelo recogido, lo único que cambia a diario es el color de la ropa, el pelo y los ojos no cambian, sus labios sí, sobretodo cuando la hago reír, se lo permito jejeje. No puedo estar en otros lugares porque mi cabeza no se mueve de donde ella se encuentra, no sé si la quiero, no creo, Estoy seguro que tiene algo especial y que me mira cuando Yo no, me di cuenta, algunas veces lo hacer. Esta semana hablaré con ella". El médico escuchó atento todo lo que le dije y me preguntó con franqueza y sin rodeos si yo era gilipollas, querí

Soledad llena en Los Baños del Carmen

Aquel día estuve pensando solo. Ninguna persona física interactuaba conmigo. El balneario estaba desierto de cuerpos rutinarios. Aún no sé a qué leyes correspondía lo que vi camino hacia ese lugar... Yo avanzaba en mi camino, el viento, en mi contra, caminaba más rápido que yo y la mezcla de sol y nubes reflejaban en la arena distintos cañones de luz, como un espectáculo que espera que una estrella acuda al centro del foco. Foco al que yo no llegaba nunca.  A donde si llegué fue a Los Baños del Carmen, parecía estar desalojado para mi. Yo no hice ni reserva. Allí el viento también estaba presente, pero de diferente forma, porque allí dentro, las leyes se mueven en unos parámetros más bellos. Así que el viento besaba a la marea muy fuerte, era como el impacto labial entre dos almas que se reencuentran después de un tiempo. A ratos, la marea cambiaba de dirección, como si el viento la estuviese volviendo loca, pero no era eso lo que ocurría, lo que pasaba es que el mar le cedía al vie

Parada.

A ver, es así; Caminamos por la arena y nos paramos en un punto, el que sea. Entonces yo cojo y con las yemas de los dedos de mi mano derecha bordeo tu cara hasta llegar al filo de tu oreja (derecha), en un abrir y cerrar de ojos te recojo el pelo... lo pinzo con mis uñas y te dejas caer de espalda. Cómo que y yo??!! pues yo encima de ti, a dónde coño voy a ir...