Cuando algo se diluye

La vida cobra sentido cuando abandonamos aquellas cosas que no dan para más. Espera que lo complico:

Exprimámonos antes de que salgan los créditos, que yo no participo en secuelas, no continuar tiene más mérito porque aunque un hipotético futuro se antoja incierto si seguimos con esto se convertirá en una mala borrachera.

Mostremos nuestras heridas y comparémosla fríamente, pensemos que eso sirve de algo y en lugar de firmar como finiquito ningún tipo de contrato, firmemos nuestras heridas mutuamente.

Para terminar devolvámonos las espinas para mojarlas en tinta o en saliva, según la ocasión. Nos sentaremos en una de esas mesas largas. Yo en una punta y tú en otra. Solo los dos, contrataré a personal de servicio, ahí, más personal que comensales, me gastaré todo lo que tengo, de postre media manzana y media serpiente para cada uno. Sí, le puedes echar nata montada o leche condensada. 

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